Al morir el jeque, ordenó que se distribuyeran sus 19 camellos entre sus tres hijos de la siguiente forma: la mitad de los camellos serían para el hijo mayor, una cuarta parte para el segundo hijo y una quinta parte para el pequeño de los hermanos.
Los hijos del jeque, al querer hacer el reparto, se dieron cuenta de que para poder cumplir la voluntad de su padre no había más remedio que descuartizar algún camello.
Ante esta situación, acudieron al cadí (el juez), y este les pidió un día para pensarlo. Pasado ese día, el cadí entregó su camello y les dijo:
"Tomad mi camello, haced el reparto y no os preocupéis que nada perderé yo en la operación"
Solución:
Tenemos los siguiente
- Si sumamos las distintas particiones de la herencia del jeque tenemos
es decir, el jeque no ha repartido la totalidad de su herencia.
- El número 19 es un número primo, y no es divisible ni por 2, ni por 4 y ni por 5.
- Se debe hacer el reparto sin matar a ningún camello.
Evidentemente el problema no tiene solución.
Sin embargo, el cadí intenta dar una solución lo más aproximada posible y que deje contentos a los hijos. Se dio cuenta que añadiendo otro camello, había 20 camellos. Además, 20 es múltiplo de 2, 4 y 5 y, por lo tanto, permitía hacer el reparto exacto y, también, le permitía recuperar el camello añadido. Hagamos los cálculos:
- Tenemos para repartir 18 camellos: 17 de la herencia y 1 del cadí
- El hijo mayor:
De este modo, tenemos que:
1/20 de 19 = 0,95... parte que el jeque deja sin repartir.
Hermano mayor: recibe demás 10 - 9,5 = 0,5
Hermano mediano: recibe demás 5 - 4,75= 0,25
Hermano menor: recibe demás 4 - 3,8= 0,2
Si comprobamos: 0,5 + 0,25 + 0,2= 0,95
¡Pues esto es todo, espero que os haya gustado!
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